Sin
embargo, la idea de que este proceso lo pueden promover agentes ajenos a la
comunidad es un concepto relativamente moderno. En la década de los años 1950 se
comenzó a aplicar esta idea como desarrollo de las comunidades o promoción
rural, para introducir nuevas tecnologías y mejorar la calidad de la vida. Estos
programas tuvieron por meta organizar y movilizar a las comunidades para ir en
pos de objetivos determinados fuera de la comunidad, basados en que las
comunidades acogerían las ideas, las innovaciones y las prioridades sugeridas
por profesionales de la salud y del desarrollo. También se asumió que la
comunidad carecía de antecedentes o de la estructura necesaria para movilizar
sus propios recursos, por lo que correspondió al organismo de salud o desarrollo
organizar la comunidad. Cuando inevitablemente se encontró resistencia, se hizo
un esfuerzo por encontrar y convencer a las personalidades locales para de este
modo movilizar a la comunidad de una manera más eficaz. Sin embargo, para fines
de la década de los 60 ya era obvio que el método adoptado para el desarrollo de
las comunidades no estaba produciendo los resultados esperados.
En
la década de los años 1970 se introdujeron nuevas estrategias para la
organización y desarrollo completo e integral de las comunidades, pero aunque
tuvieron resultados en algunos sectores, no se ha podido lograr la participación
generalizada y sostenida de las comunidades en materias de salud.
Varios factores han influido en
esta situación, entre ellos la poca comprensión de que es lo que debe incluir la
participación en la salud. En lugar de promover la participación, esos modelos
son, manipulados, en el sentido de que tratan que la comunidad colabore en
actividades en las que no tuvo nada que ver cuando se decidió iniciarlas, o bien
autoritarios, ya que dan por hecho a un usuario pasivo que esta agradecido de la
atención que está recibiendo, y que la considera mas como un favor que como un
derecho. Muy pocas veces la participación comunitaria ha sido definida y puesta
en práctica como la participación en las decisiones sobre políticas, prioridades
y servicios de salud.
La
participación social significa que todos los actores sociales de una comunidad
toman parte en las deliberaciones y decisiones sobre cualquier problema que
afecta a la comunidad incluyendo las decisiones sobre necesidades y prioridades,
la asunción de las responsabilidades y obligaciones para la formulación de
planes y adopción de medidas y evaluar los resultados.
Se
puede definir la participación comunitaria como el proceso mediante el cual los
individuos se transforman de acuerdo a sus propias necesidades y las de su
comunidad, adquiriendo un sentido de responsabilidad con respecto a su propio
bienestar y el del grupo, contribuyendo conscientemente y constructivamente en
el proceso de desarrollo.
En
última instancia se busca llegar al momento en que la participación social quede
establecida como cultura, es decir, como fundamento de las formas de relación,
producción, creación, y reproducción de la sociedad, establecida a todo nivel al
ser interiorizada por individuos y actores sociales como una manera "normal" de
relacionarse.
En
el contexto actual hay que asumir la participación social en un sentido amplio
ya que tiene que ver con las relaciones sociales, con la producción y usufructo
de la cultura, y por ello con las relaciones de poder. Por esto estudiar y
promover la participación social, parte de asumir que hay quienes no participan
o quienes no lo hace de una manera suficiente. Esto justifica impulsar procesos
de participación social en la lógica del desarrollo comprendido en relación con
una visión de bienestar definido por la propia comunidad (la salud incluida). La
intencionalidad de la participación social se comprende así, necesariamente, en
su propósito de transformar las relaciones sociales y socializar la cultura.
Participación y
salud.
El
servicio de salud, junto a la educación, son servicios a brindar y garantizar en
las comunidades para satisfacer el desarrollo social de la población, pero por
lo general han sido implantados por personas o instituciones que no conocen y/o
no tienen relaciones con la comunidad, lo cual puede llevar a que estos
servicios no tengan aceptación y no cumplan sus objetivos ya que la población al
no intervenir en ello le resta efectividad a los esfuerzos que se hagan por
garantizar la educación y la salud de los habitantes. Por esto la comunidad debe
jugar un rol activo de autogestión, participación, responsabilidad e iniciativa
en la solución de sus problemas de salud y el alcance de los objetivos, el
desarrollo de la comunidad y con ello el desarrollo social.
Con
relación a esto la OMS plantea "La insistencia en que la gente debe hacerse
responsable de su propia salud es un aspecto importante del desarrollo
individual y colectivo. Con alta frecuencia se considera que un sistema eficaz
de atención primaria es un servicio más eficiente, humano y útil; facilita un
producto, la salud, que en realidad la gente debería alcanzar por sí misma. En
lo posible la salud nunca debe "darse" o "facilitarse" a la población. Por el
contrario, se debe ayudar a la gente a participar consciente y activamente en el
logro y la promoción de su propia salud
El
sector salud se ve afectado por la situación actual de la región de Las Américas
y por su estructura tradicional de funcionamiento, expresada casi exclusivamente
a través de una atención médica curativa mas que a la salud lo que lo ha llevado
a la incapacidad de proveer coberturas adecuadas y servicios de calidad
aceptables. Esta situación ha creado en el sector salud la necesidad histórica
de que se involucre en el liderazgo y promoción de procesos sociales amplios, de
concertación para el desarrollo e impulso de la salud. Así podremos adecuarnos
al hecho de tratar la salud como bienestar físico, mental y social y no
simplemente como forma de vida sana por lo que para lograrla hay que ser capaz
de identificar y realizar aspiraciones, de satisfacer necesidades y de adaptarse
al medio ambiente y tienen que existir condiciones y requisitos tan
indispensables como la paz, la educación, la renta, un ecosistema estable, la
justicia social y la equidad; esto hace ver la salud con sus tres determinantes
fundamentales; el medio ambiente, los estilos de vida y la organización de los
servicios de salud.
Intentar comprender al sector salud
frente al problema de la participación social, debe servir para proponerle una
posición viable frente a la misma, con el fin de contribuir a orientar sus
actividades. Al no definirse una posición clara en este sentido, la evaluación
de la participación social tiende a limitarse a presentar tipologías sobre
acciones con participación en grados que van de la pasividad a la actividad.
Para
lograr lo anteriormente expuesto, es decir, para que la comunidad pueda
desempeñar un papel verdaderamente activo y consciente con relación a su salud
es necesario conocer profundamente estos procesos, sus particularidades y
determinantes y los elementos que en él intervienen.
Para
comprender los elementos que intervienen en la salud y que reflejan el papel que
puede desempeñar la comunidad en estos se hace necesario desentrañar la salud
desde todos sus puntos de vista. (Salud como estado de bienestar físico, mental
y social). Para esto consideramos cuatro niveles determinantes de la
salud:
Nivel 1: Funcionamiento
biológico.
El
organismo necesita, para ser saludable, determinadas disposiciones orgánicas y
funcionales para la adquisición de experiencias, su procesamiento y análisis, a
la producción de conocimientos propios, personalizados en relación con la
educación y al funcionamiento del organismo, al estado general de
salud.
Nivel 2: Condiciones internas del
sujeto que influyen en la salud.
-
Procesos psíquicos cognoscitivos: Atención, memoria, pensamiento, capacidad de
trabajo intelectual, reflejan además el estado funcional del sistema
nervioso.
-
Estados psíquicos- emocionales que son el reflejo de la relación del hombre
consigo mismo y con el medio, con relación a sus necesidades: Estrés, ansiedad,
depresión, ira, etc.
-
Formaciones psicológicas complejas y síntesis reguladoras de la personalidad que
ocupan lugar central en las posibilidades de educación y salud y la
vulnerabilidad al estrés: Personalidad como nivel integrador y más complejo de
la psiquis.
Nivel 3: Relaciones sujeto-
sujeto.
Estudio de la comunicación y
relaciones interpersonales.
- En
la familia u hogar: Relaciones de pareja, padre- hijo, hermanos.
- En
la escuela o trabajo: Relaciones profesor- alumno, alumno- alumno, dirigente-
subordinado, entre compañeros, con las organizaciones estudiantiles o
laborales.
- En
la comunidad (apoyo social): Relaciones con los vecinos, con amigos y grupos
informales, con las organizaciones e instituciones.
Nivel 4: Relaciones hombre-
medio.
Estudios de las influencias de la
sociedad en general (Condiciones materiales de trabajo, opciones de empleo,
tiempo libre; relación sociedad- individuo; exigencias y posibilidades que
plantea la sociedad, posición del individuo, autopercepción social, etc.).
Relacionado con la calidad de vida.
El
nivel 2 es el determinante más importante en la participación de la comunidad en
los problemas de salud y se expresa a través de los principales determinantes de
la participación en los problemas de salud (personalidad - sujeto), están
estrechamente relacionados y son los recursos psicológicos fundamentales del
hombre para enfrentar el estrés, las contradicciones y los conflictos y así las
enfermedades:
-
Capacidad de anticipación.
-
Capacidad de organizar la vida.
La
capacidad de anticipación representa la capacidad personal de actuar y tomar
decisiones en relación con el futuro y así de influir en su propia formación y
desarrollo, lo cual depende de la personalidad que es resultado de la comunidad,
de la educación y formación. Es un factor importante en la autorregulación del
comportamiento que permite enfrentar efectivamente las contradicciones,
conflictos y dificultades manteniendo su autodeterminación en los objetivos
planteados en la vida y así más fuertes para enfrentar estadios emocionales
negativos (estrés, ansiedad, depresión, etc.) que pueden provocar pasividad,
evasión, alcoholismo, disminución de la resistencia a agentes nocivos y por
tanto mayor vulnerabilidad a las enfermedades.
La
capacidad de organizar la vida representa la síntesis reguladora de la
personalidad orientada a la autorregulación en el presente que está compuesta
por el estilo de vida, la reflexión personal, la posición – activa o pasiva – a
los problemas y sus soluciones y el sentido ante la vida.
Así
como es necesario tener una visión del contexto y dinámica globales para
comprender la participación social, es también necesario comprenderla en su
relación con el sector salud, ubicándola dentro del contexto y dinámicas
globales que le sirven como marco de referencia particular, es decir, frente a
la salud pública.
Las
acciones de salud pública se pueden concebir como acciones orientadas a las
personas (estrategias de intervención individual) que comprende la curación y
rehabilitación es decir actúa sobre los estilos de vida, y como acciones
poblacionales (estrategias de intervención poblacional) donde el objeto de
evaluación es la población como un todo, dentro de este último término podemos
ubicar la prevención que se dirige a grupos al actuar sobre las condiciones de
vida y la promoción que es la fase más amplia y deseada al estar dirigida a la
sociedad y actuar sobre el modo de vida.
Una
forma de aproximar la ubicación actual del sector salud frente a la
participación social, es observando las estrategias fundamentales del sector y
su posición frente a aquella:
1-
Recuperación: Constituye tradicionalmente el quehacer fundamental del sector. La
participación de las personas aquí se basa en reacciones individuales expresadas
en solicitud de servicios ofrecidos por profesionales. Este tipo de actividad
tiende por su naturaleza, a estimular una visión individualizada de la salud y a
promover una actitud dependiente (usuarios de servicios) por parte de los
individuos.
2-
Prevención de la enfermedad: Esta ha enfrentado históricamente algunas
dificultades en lo que se refiere a su enfoque en relación con la participación
social. Por una parte, la sociedad ha desarrollado una noción inmediatista de la
salud, orientada hacia la consecución de beneficios inmediatos
palpables.
Por
otra parte, los alcances de la estrategia se han visto limitados por el énfasis
puesto en transmitir cierto tipo de información a veces compleja y técnica
acerca de enfermedades que pueden llegar a atemorizar a la población, lo cual no
solamente es inadecuado en cuanto a la intención de cambiar las conductas
sociales sino que además al orientarse de esta forma tienden a ir en contra de
la participación social, pues generan dependencia y no consiguen aumentar la
capacidad de la comunidad para tomar decisiones fundamentadas y conscientes
frente a su propia visión de salud.
3-
Promoción de salud: es la más reciente de las estrategias, constituye en lo
concreto, la necesidad que siente el sector de actuar de manera articulada con
los demás actores sociales en contextos amplios, superando su restricción
tradicional respecto de la atención a la enfermedad, al orientarse hacia el
conjunto de acciones sociales para el desarrollo de la salud.
Es
evidente que esta estrategia depende para lograr sus objetivos de construir el
ideal de salud que persiga una determinada sociedad, reconociendo que aquel no
puede darse en todos los contextos de la misma forma, pues depende de los
procesos sociales en sus múltiples expresiones, del contexto político, de las
coyunturas particulares existentes y de la diversidad de relaciones entre
actores sociales específicos. Desde este punto de vista, la estrategia de
promoción de salud, es en esencia, participativa.
Pero
cuando se piensa en participación social en salud, se tiende a reducir a
dimensiones pequeñas (localidades, grupos, personas, actividades específicas)
obviando su relación con las estrategias del sector salud como un
todo.
Parece importante establecer la
relación entre la participación social y diferentes concepciones de Salud
Pública existentes:
-
Salud Pública como campo de conocimiento experto, objeto de práctica de una
profesión específica.
-
Salud Pública como ejercicio y responsabilidad del Estado, es decir, como
actividad de gobierno.
-
Salud Pública como esfuerzo global de la sociedad para realizar (comprender y
satisfacer) sus ideales de salud, lo cual incluye las dos concepciones
anteriores.(31)
Bajo
esta última concepción es que se concibe la relación entre participación social
y el desarrollo de la salud. Es decir para el logro de la salud se requiere de
la participación activa lo cual implica:
1.
La elaboración de una política sana (Voluntad Política) cuyos componentes
principales son la legislación, medidas fiscales, sistema tributario y cambios
organizativos.
2.
Creación de ambientes favorables que permita el apoyo recíproco de los
integrantes de la comunidad, protección de la comunidad, protección del medio
ambiente y trabajo y ocio como fuente de salud.
3.
Desarrollo de aptitudes personales con información, educación, perfeccionamiento
de aptitudes personales, etc. para el logro del bienestar físico, mental y
social.
4.
Reorientación de los servicios de salud que significa no sólo la prestación de
servicios curativos, de rehabilitación y preventivos sino además favorecer en la
comunidad la necesidad de una vida sana, trabajar en conjunto con otros sectores
y la necesidad de cambios en la educación y formación de recursos humanos.
5.
Reforzamiento de la acción comunitaria que pretende la participación efectiva y
concreta de la comunidad en la determinación de prioridades, en la toma de
decisiones y en la elaboración y puesta en marcha de un plan de acción. La
participación tiene que ser comunitaria, intersectorial y multidisciplinaria que
permita la descentralización de recursos, se debe potenciar la acción de grupos
sociales y el cambio en las condiciones sociales de la salud mediante la
movilización colectiva .
Toda la información está excelente pero No tiene citas bibliográficas y no se puede utlizar
ResponderEliminareste articulo se publico en 2002 por Dixis Figueroa Pedraza
ResponderEliminarDepartamento de Nutrición. Universidad Federal de Pernambuco (Brasil)
hay que citar